Londres siempre será mi vida
y al despertar tu abrazo abierto
contemplar tu mirada atenta,
sentir tu mano helada y suave
y el efecto del tiempo atado,
tu infinito donado anclado
donde guardo el que late amando.
.
Continuamente aparte aislado
de la añoranza en rueda y creo
en tu recuerdo alado y mérito,
porque lágrima entona el ser
como abriendo el silencio en paz,
la distancia pensada atiende
a la brisa embalsada en tu alma.
.
Mejorando el sentido Oriente
un poco de ventana alegre
agradable y vestida en rumbos,
de días claros y más jóvenes
volver al amor único oro,
retratado en la bota ampliada
al resurgir entrega al otro.
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José Pómez