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Poemas

Inconfundible, chao, chao, chao.

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Inconfundible, chao, chao, chao.

Inconfundible, chao, chao, chao.

Como busca aventura la experiencia
ha vencido ella sola en tarde noche
aventando bondad con su inocencia
obviando camino al monte y reproche.

Confiada en el club de la artesanía
ha atravesado cómplice la niebla
ajando el suspiro y fidelidad
orfebre rococó de la paciencia.

Con recompensa y con toda maestría
ha doblegado almena y tempestad
acabando sencillo se repuebla
organizando chorro de prudencia.

José Pómez
http://pomez.net

Reconforta un saber popular de los juglares:

Reconforta un saber popular de los juglares:
si no se come el oso mano que se confía
acaba siendo de la clase de anatomía;
según dicen las coplas cantadas en cantares.
Preparamos el tallo en bilingües escolares
repujado con todo el esmero y con cariño,
ya se deben pintar alegres algunos guiños
en la rueda que ruede de golpe en el remanso,
se hace lo que se puede proclamo sin descanso
que entre ramos de lirios en agua van los niños.

José Pómez
http://pomez.net

En el preciso instante más vivo de la vida

En el preciso instante más vivo de la vida
otra vez la verdad leída es comprometida,
y aunque con la verdad leída está permitida
por nubes bajas y por viento Oeste aprobada
una parada en el sendero largo obligada,
no te detengas nunca a la sombra ni un momento,
la norma es despreciar el comodísimo asiento,
utilizar con maña y acierto los talones,
caminar y huirle al tesoro de los jarrones,
trabajar sin descanso en unicornios unidos
del camino soñado sin los malentendidos,
ver como te miente el buen médico amigo absorto
al escoger camino angosto que es el más corto,
además no es atajo. ¿Qué acaso no me crees?

Venga lee en las manos, aciertas si las lees,
y lee a todas horas, lee con la memoria,
para escribir los versos en rima giratoria
con aves de las naves con llaves de las claves.
Aprende con la luna observa y escucha. ¿Sabes?
Las nebulosas miran alegres al besarnos.
¿Acaso hay algo más bello en el mundo que amarnos?

José Pómez
http://pomez.net

B e n d i t a

Bendita

Con la certeza el valle
ampara alma sifón
tierra victoria el sur
aproximo a tu mente
mi jardín compartido
andén cierto de dunas
rocas humanas forman
campo de piedra pómez
arco eterno del río.

José Pómez
http://pomez.net

Tierra quemada

Tierra quemada
con columnas de humo
viene este Otoño

José Pómez
http://pomez.net

Editar

Pronunciaba mi nombre con voz baja

Pronunciaba mi nombre con voz baja
en medio del jardín reenmendado,
con mano que no para ni un instante
cubría con la lona de las fresas
la torre improvisada en el Otoño,
a su sombra estimada como el agua,
y atesorando curvas que amanecen
en esquemas de vientos y de lluvia.

Rosita permanece en el rincón…
No había estado nunca allí y estará
siempre observando un arco frente a frente
sobre el estanque azul y verde oliva,
sobre las dos acuáticas prensadas,
sobre el zócalo de acero inventado,
algo de blanco y algo de rubí;
como digo están ambos cara a cara.

Y quedarán pendientes las pequeñas
huellas grabadas en proximidades
de la marca central ya perpetuada
hasta que encuentre el tiempo necesario,
el lugar apropiado y el motivo;
para poblar paredes de la dama
que a su orden los astros se ordenan presto
como propaga aroma ese jazmín.

José Pómez
http://pomez.net

El dueño del anhelo

El dueño del anhelo

Vence agravando la hermosura de los más antiguos tejares
como una sombrilla hecha de bienes se complace con el ruido,
en gaza de coral cabalga ola caladero prometido,
dos piezas pintorescas que fuerzan los bolsillos tubulares.

Honda madera blanca sobresale en bosques peninsulares
como arrastrada va en la ligera mirada del despedido,
y oculta vuelve al ático al incesante león del sentido,
choca y entra de puntillas con los redondos rayos solares.

En una isla levita el cuerpo de situaciones y el rumor:
tintemos de color rojo Andrés los armones de la bicoca,
sed de agua he visto buen barranco esta tarde noche de manzanas
con pena de una niña que es oca y espejo y es toda amor;
cuando cunden las paces voluptuosas y negras de las rocas
y en el mercado del lenguaje se agotaron todas las nanas.

José Pómez
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La escuela de la cárcel

Pandereta encerrada en los aires de las sienes
por fuego a la carrera esta amatista tirada
de calavera aloja dentro de sí apretada
la tierra con su peso el rumbo y la llave tiene.

El profundo que todo párrafo lo detiene,
el instante esperado la fuente de escalada
del encuentro, perdón la puente de la llegada
inesperada, pasa el cerro espartos y viene.

Queda enorgullecida amparada la chaveta
en el multipropósito costumbre horadada
como la espina fina es semilla voltereta
en los lugares signos perennes de llamada.
Pero todavía es posible el bien en la meta
futura que interesa con puerta vertebrada.

José Pómez
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El segundo rotundo

El segundo rotundo.
¡Viva ella la poesía
el amor y Esther Williams!
La más bella del mundo
agua del mar profundo;
imborrable su escena
de candela en carena,
el capote de albura,
el prado que perdura
y escuela de sirenas.

José Pómez
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Basilea

Se empeña todo el orbe muerto y amontonado
para no permitir la eterna sonrisa franca
del relámpago cuando otro se olvida la tranca
que costea el revés del invisible enrejado.

Sin deseo aunque esté en Linares y esté doblado
se apadrina un puntal telescopio en Salamanca,
y con los ocho libros de desplomada banca
se diligencia sin atenerse al predicado.

Se obliga al desparejo con terrible torpeza
de pez que siempre pica y sueña con un buen cebo,
se endeuda con las luces y por una promesa
se da al tesón de los tesoros de la tristeza,
y se empeña otra vez el hambre en volver de nuevo
al estanque dorado de la casa del huevo.

José Pómez
http://pomez.net

Luchana

Latidos de Villegas hasta en piedras son tiernos
antes es luego el fuego encendido en caserío
es costumbre que en todo lo que con él te envío
se mezclen y desnuden mis perdidos cuadernos.

Se aparten de la otra mirada por modernos
y caminen serenos por la calle del río
separados unidos con las cosas del frío
que allí estuve esperándote veinte mil inviernos.

Mudaron las raíces al sur que sigue aislado
con toda la mirada aguda de cirujano
y como una saeta implacable y al dictado.

De una hermana que ordena comprar todas las flores
haciendo llegar el dinero a tiempo a su hermano
forman sólida empresa de nuevos luchadores.

José Pómez
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Vulcano

La bella fragua del mar
que pasaba por aquí
hoy me llegó a preguntar:
¿Dónde vi el rubí iraní
del jabalí maniquí?
¿Cómo aguanta el pentagrama
semejante panorama
caminante de caminos
mi esquilmado campesino
engastado con la fama?

José Pómez
http://pomez.net

Autor: José Pómez

Acróstico: Siempre así. Sabes crear alegría Irradiar los corazones Empaparlos de ilusiones Mostrarte con melodía Pregonando tu valía Recordándome el espino. Eres la ayuda al destino Ahora será fecundo Sembraremos todo el mundo Imitando tu camino. José Pómez http://www.pomez.net https://tinyurl.com/3smt2prx ISBN: 9781008924512

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