Leído hasta la firma semejante a tu nombre
y desde el desnutrido amanecer inestable
principio de Febrero es canto con inocentes
laderas de materia anónima en la mudanza
proyectada en trasiego de los paisajes blancos.
Quizá instalados al fin en el símbolo escaso
disuelto en los andenes de la memoria arada
como un día de prisas galerías y globos
gargantilla en estudio al Oeste de mi valle
vuela insumisa con urbana silueta en oro.
Y al grito de la nada de tantos distanciados
en la máquina pujan por museos a grito
acompasado lento y rebelde establecido
en parte de la espada y precisamente entonces
acabaremos siendo trampolines constantes.
Tendón enamorado en un lienzo convencido,
viajeros transitando el mismo estado y vecinos
admiradores de la perspectiva en confianza;
encontrando en nosotros la distancia y ribera
de instante del tumulto distraído en progreso.
José Pómez
http://pomez.net