Ya se acabaron los Jueves sin ti
¡ay! qué largo se hace todo un año,
en ti pensando y en ti reinventando
las oportunidades repartidas,
en el día de las opciones vivas
donde no puedo abrir ninguna puerta,
sé como hacerlo, mas no debo hacerlo,
no quiero decir nada imaginándote.
Perdona los caminos en el mundo
cumplen su cometido a temporadas,
y en la represa helada de las luchas
surge la amistad índice e infinita;
donde se ve el amor allí sin duda
se queda como a partes entregada,
próxima a los que crecen reinventados
con tus mimos estrellas y cuidados.
Ya se acabaron los Jueves larguísimos
seguramente habrá otros Jueves nuevos;
pero todos serán distintos, breves
y hermosos como tu presencia viva.
¡Ay! pero en el siguiente Jueves lindo
de la esperanza mía entusiasmado
del todo afortunado allí estarás
encontrada por mis ojos ansiosos.
Me habla el viento y destaca tu alegría
como una canción vive en los oídos,
pienso en ti olvidando mudas palabras
de ellas no quedan nada no te aflijas,
fueron imperceptibles e ignoradas
como insignificante es el objeto,
enfrascada en condena adormecida
con las diversas penas temporales.
Yo te recuerdo así y puedo escribirte
por si no lo recuerdas entre tantos,
contigo regresa el futuro propio
y el mejor y el mayor regalo al mundo.
José Pómez
ECIBERLAN 
13 diciembre 2014 en 17:04
Hermosa evocación de una auscencia.