Otra vez por mi culpa, ha quedado encerrada
la flor dentro del puerto tan sola desde el fondo,
y puedo pensarte esta nueva realidad viva
que recorre y rehace, el que trae a este mundo.
Bellas manos despiertas que retornan cuidados
para ser una idea necesitan el alma
con todos sus impuestos y del trapo desierto
contra umbral impulsado por el insomnio helado.
Obligado es el sueño de las dos mariposas
como toda montaña crece porque no es tarde;
¡Y esas manos despiertas que retornan cuidados
alzan todo lo bueno: tu amor hecho sustancia!
José Pómez